Poeta mexicano
- Reconocido como el iniciador de la poesía moderna mexicana.
- Obras: El florilegio; Li-Po y otros poemas...
- Género: Poesía, ensayo, teatro
- Miembro de: Academia Mexicana de la Lengua
- Padres: José Aguilar-Tablada Gutiérrez de los Ríos y Mariana Acuña Osuna
- Cónyuges: Evangelina Sierra González, Nina Cabrera
- Nombre: José Juan Tablada Acuña
José Juan Tablada nació el 3 de abril de 1871 en la ciudad de México, donde cursó estudios."Luciérnagas en un árbol... ¿Navidad en verano?"
José Juan Tablada
Hijo de José Aguilar-Tablada Gutiérrez de los Ríos y Mariana Acuña Osuna.
Cursó estudios en el Castillo de Chapultepec, en su ciudad natal. Más tarde estudió en la Escuela Nacional Preparatoria.
Desde muy joven colaboró en El Universal.
Fue autor de más de diez mil artículos, usando más de una docena de seudónimos. Apoyó la fundación de la Revista Moderna en 1898 y fue uno de los poetas más radicales del modernismo.
Se trasladó a Japón a principios de siglo y el viaje cambió el rumbo de su poesía. Exiliado por pertenecer a una facción derrotada de la revolución, más tarde trabajó en el campo de la diplomacia.
Con Ramón López Velarde, marcó el camino de la poesía mexicana posterior al modernismo. Introdujo el haikú japonés y escribió poemas ideográficos casi al mismo tiempo que Guillaume Apollinaire. Publicó El florilegio (1899), Al sol y bajo la luna (1918), Un día (1919), Li-Po y otros poemas (1920), El jarro de las flores (1922) y La feria (1928).
El 7 de enero de 1903 contrajo matrimonio con Evangelina Sierra González. En octubre de 1918 se casó con Nina Cabrera.
José Juan Tablada falleció el 2 de agosto de 1945 en Nueva York.
Sabías que...
Haiku
Introdujo el modelo poético del haiku japonés a la poesía hispanoamericana. Los haikus son poemas breves de diecisiete sílabas, escritos en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente.DE ATLÁNTIDA
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Lucen del Ocaso los pálidos cobres
y del mar que duerme, los blancos estaños,
y van derramando perfumes salobres
las olas que cantan con tonos extraños.
De pronto, el mar glauco se ve cristalino,
las sombras palpitan de luz salpicadas
y el alba triunfante de un sol submarino
derrama sus luces en áureas cascadas...
Cual pasa en los claros cielos estivales
la nébula errante de un claro de luna,
pasa estremeciendo los verdes cristales
un delfín de plata con su aleta bruna.
En el fondo tiemblan esbeltas arcadas
de ópalos brillantes y ágatas obscuras...
¿Es que, obedeciendo la voz de las hadas,
Atlántida tiende sus arquitecturas?
Silenciosa surge del regio palacio,
como iluminada por luces astrales,
La Nereida rubia de ojos de topacio
y frente ceñida de rojos corales.
Y tras ella nada, jadeante y bronco,
a grandes brazadas, el tritón fornido,
el que airado sopla su caracol ronco
y en las tempestades lanza su alarido.
Aparece luego como Anadyomena,
la de voz que arrulla como dulce flauta,
la fascinadora y ardiente sirena,
la que entre sus brazos adormece al nauta.
En alga marina su frente corona,
su vientre escamado fulgura y radía;
parece una heroica, gentil amazona
que viste armadura de oro y pedrería.
Y pasa nadando silenciosa y rauda,
tendiendo en las ondas sus brazos amantes,
mientras que los golpes de su verde cauda
dejan una estela de claros diamantes.
¡Mísero del nauta que surque esos mares!
la onda está quieta; la noche serena;
los astros esplenden y dulces cantares
modula la brisa... Pero la sirena,
al mirar la quilla del bajel errante
que el espejo terso de la mar desflora,
lanzará en al noche su canción amante
y el arrullo dulce de su voz traidora!...