Thomas Cranmer
Religioso británico
Thomas Cranmer nació el 2 de julio de 1489 en pueblo de Arselacton, en el condado de Northampton (Gran Bretaña), en el seno de una antigua familia.
Estudió en Cambridge y fue escogido compañero del Jesús College. Allí contrajo matrimonio con la hija de un caballero, hecho que le hizo perder su condición de compañero, y pasó a ser lector en Buckingham College, instalando a su mujer en Dolphin Inn, siendo la patrona una parienta de ella, de donde se suscitó el falso rumor de que él era un mozo de cuadra. Su mujer falleció poco después de parto, tras lo que fue escogido, de nuevo, compañero del colegio antes mencionado.
Algún tiempo después comenzó a ejercer como Profesor de Teología y fue designado como uno de los examinadores de aquellos que estaban ya listos para ser Bachilleres o Doctores en Divinidad.
El doctor Capon pretendió que fuera uno de los compañeros en la fundación del colegio del cardenal Wolsey, en Oxford, pero Cranmer decidió rehusar.
Durante su estancia en Cambridge, se suscitó la cuestión del divorcio de Enrique VIII de Catalina de Aragón. En aquel tiempo, por causa de la peste, el doctor Cranmer se fue a vivir a la casa de un tal señor Cressy, en Waltham Abbey, cuyos dos hijos fueron entonces educados bajo su supervisión. La cuestión del divorcio, en contra de la aprobación del rey, había quedado indecisa por más de dos o tres años, debido a las intrigas de los canónigos y civiles, y aunque los cardenales Campeius y Wolsey fueron comisionados por Roma para decidir acerca de esta cuestión, retardaron la sentencia a propósito. El doctor Gardiner y el doctor Fox, defensores del rey en este pleito, fueron a la casa del señor Cressy para alojarse allí, mientras el rey se alojaba en Greenwich. Mientras se llevaba a cabo la cena, se entabló una conversación con el doctor Cranmer, que sugirió que la cuestión de si un hombre podía casarse con la mujer de su hermano o no podía resolverse de manera rápida recurriendo a la Palabra de Dios, y esto tanto en los tribunales ingleses como en los de cualquier nación extranjera.
El rey envió a buscar al doctor Gardiner y al doctor Fox para consultarlos, lamentando tener que enviar otra comisión a Roma y que la cuestión siguiera así dilatada sin fin. El rey quiso verse con Cranmer, y le comunicó sus escrúpulos de conciencia acerca de su próximo parentesco con la reina. El religioso aconsejó que la cuestión fuera remitida a los más eruditos teólogos de Cambridge y Oxford, por cuanto se sentía remiso a mezclarse con una cuestión tan importante; pero el rey le ordenó que le diera su parecer por escrito, y dirigirse para ello al conde de Wiltshire, que le proveería de libros y de todo lo necesario para ello. Así lo hizo el doctor Cranmer de inmediato, y en su declaración citó no sólo la autoridad de las Escrituras, de los concilios generales y de los antiguos escritores, sino que mantuvo que el obispo de Roma no tenía autoridad alguna para dejar a un lado la Palabra de Dios. Mostraron un desagrado hacia el Papa. Al demandar éste la causa de esta embajada, el conde presentó el libro del doctor Cranmer, declarando que sus eruditos amigos habían venido a defenderlo. El Papa trató honrosamente la embajada, y señaló un día para la discusión, que luego retrasó, como temiendo el resultado de la investigación. En esta función se puede decir que cumplió diligentemente el encargo de San Pablo.
Tuvo la más alta estima y favor del Rey Enrique siendo ascendido a arzobispo. El rey consideró que Cranmer sería obsequioso, y por ello éste casó al rey con Ana Bolena. Aunque fue confirmado en su dignidad por el Papa, siempre protestó contra reconocer cualquier otra autoridad que la del rey. Cranmer viajó a Alemania en 1531, país donde conoció a Osiandro en Nuremberg, y se casó con su sobrina, pero la dejó con él al volver a Inglaterra. Después de un tiempo la hizo venir privadamente y se quedó con él hasta 1539, cuando los Seis Artículos le obligaron a devolverla a sus amigos por un tiempo.
Cranmer fue siempre amigo de Ana Bolena, pero era peligroso oponerse a la voluntad del monarca. En 1538 se expusieron públicamente las Sagradas Escrituras para la venta, y los lugares de culto se llenaban de multitudes para escuchar la exposición de sus santas doctrinas. En 1544 fue quemado el palacio arzobispal de Canterbury, y su cuñado y otros murieron en el incendio. Gardiner presentó graves acusaciones contra el arzobispo. En 15467 falleció el monarca inglés, por lo que se suspendió de esta acción, y el Rey Eduardo VI, el sucesor, confirmó a Cranmer en las mismas funciones; en su coronación le encomendó una tarea que siempre honrará su memoria, por su pureza, libertad y verdad.
La muerte de Eduardo, en 1553, expuso a Cranmer a toda la furia de sus enemigos. Es arrestado al reunirse el parlamento, y en noviembre fue declarado culpable de alta traición en Guildhall, y degradado de sus dignidades. Envió una humilde carta a María, explicando la causa de su firma del testamento en favor de Eduardo, y en 1554 escribió al Consejo, a quienes apremió a pedir el perdón de la reina, mediante una carta entregada al doctor Weston, pero que éste abrió, leyó y después devolvió. La traición era una acusación totalmente inaplicable contra Cranmer, que había apoyado el derecho de la reina, mientras que otros, que habían favorecido a Lady Jane fueron liberados mediante el pago de una pequeña multa. Se esparció contra Cranmer una calumnia de que había accedido a ciertas ceremonias papistas para congraciarse con la reina, lo que osó rechazar en público, justificando sus artículos de fe. Dejados en la cárcel hasta que esto último tuvo lugar, se envió una comisión desde Roma, designando al doctor Brooks como representante de Su Santidad, y a los doctores Story y Martin como los de la reina. Fue de nuevo enviado de nuevo a su encierro, recibió una citación para comparecer en Roma al cabo de dieciocho días; pero esto era imposible, por cuanto estaba encarcelado en Inglaterra, y, como dijo, incluso si hubiera estado libre era demasiado pobre para pagar a un abogado.
Cranmer fue condenado en Roma, y el 14 de febrero de 1556 se designó una nueva comisión por la que fueron establecidos Thirlby, obispo de Ely, y Bonner, de Londres, para actuar en juicio en Christ-church, Oxford. Cranmer fue degradado poniéndole unos meros harapos para representar las vestiduras de un arzobispo.
Thomas Cranmer falleció en Oxford el 21 de marzo de 1556.