Escritor mexicano
- Obras: Clemencia, Cuentos de invierno, El Zarco...
- Género: Novela, poesía, cuento, periodismo...
- Padres: Francisco Altamirano y Gertrudis Basilio
- Cónyuge: Margarita Pérez Gavilán (m. 1859-1893)
- Hijos: Catalina, Palma, Guadalupe y Aurelio
- Nombre: Ignacio Manuel Altamirano Basilio
Ignacio Manuel Altamirano nació el 13 de noviembre de 1834 en Tixtla, Guerrero."Dominar la cólera tiene más mérito que batirse en duelo por no haberla dominado"
Ignacio Manuel Altamirano
Padres
Hijo de Francisco Altamirano y Gertrudis Basilio, indígenas puros que tomaron el apellido de un español que había bautizado a uno de sus ancestros.Estudios
Aprendió a hablar español de forma autodidacta; más tarde se reveló como un estudiante aventajado y ganó una de las becas que otorgaba el Instituto Literario de Toluca para los niños de escasos recursos que supieran leer y escribir. Allí se encontró con Ignacio Ramírez, el Nigromante, abogado, periodista, miembro de la Academia de Letrán y diputado del Congreso Constituyente.Cursó estudios en el Instituto Literario de Toluca y más tarde en el Colegio de Letrán de la Ciudad de México.
Escritor
Adherido al movimiento liberal, a su triunfo fue diputado. Como coronel, luchó contra Maximiliano de Habsburgo, experiencia que narró en su novela Clemencia (1869).Se inició en la Masonería en 1870, alcanzando en 1879 el grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
El 5 de febrero de 1882 impulsó la instrucción primaria gratuita, laica y obligatoria. Fundó el Liceo de Puebla y la Escuela Normal de Profesores de México.
Fundador de la revista literaria El Renacimiento. Autor también de El Zarco (episodios de la vida mexicana en 1861-1863).
Diplomático
El 13 de junio de 1889 fue nombrado Cónsul General de España, con residencia en Barcelona, y posteriormente en Francia (18 de febrero de 1890).Matrimonio
Casado con Margarita Pérez Gavilán, hija de una supuesta hija natural de Vicente Guerrero, Dolores Catalán Guerrero, quien tuvo hijos de otro matrimonio. Estos niños, hermanos de Margarita, fueron adoptados por Altamirano.Muerte
Ignacio Manuel Altamirano falleció en San Remo, Italia, el 13 de febrero de 1893, mientras se encontraba en misión diplomática.En 1934, al celebrarse el centenario de su nacimiento, el Congreso de la Unión acordó que sus cenizas fueran trasladadas del Panteón Francés a la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Sabías que...
Defensor del liberalismo
Tomó parte en la revolución de Ayutla, en la guerra de Reforma y combatió contra la invasión francesa.Obras
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Rimas (1880)
Clemencia (1869)
El Zarco (póstuma)
Antonia y Beatriz
Atenea
Cuentos de invierno (1880)
La Navidad en las montañas (1871)
Paisajes y leyendas, tradiciones y costumbres de México (1886)
Crónicas de la semana (1869)
La literatura nacional (1849)
Obras (1899)
Obras literarias completas (1859)
Obras completas (1886)
LA PLEGARIA DE LOS NIÑOS
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"En la campana del puerto
¡Tocan, hijos, la oración. . . !
¡De rodillas! . . . y roguemos
a la madre del Señor
por vuestro padre infelice,
que ha tanto tiempo partió,
y quizá esté luchando
de la mar con el furor.
Tal vez, a una tabla asido,
¡no lo permita el buen Dios!
náufrago, triste y hambriento,
y al sucumbir sin valor
los ojos al cielo alzando
con lágrimas de aflicción,
dirija el adiós postrero
a los hijos de su amor.
¡Orad, orad, hijos míos,
la Virgen siempre escuchó
1a plegaria de los niños
y los ayes de dolor!"
En una humilde cabaña,
con piadosa devoción,
puesta de hinojos y triste
a sus hijos así habló:
la mujer de un marinero
al oír la santa voz
de la campana del puerto
que tocaba la oración.
Rezaron los pobres niños
todo quedóse en silencio
y después sólo se oyó,
entre apagados sollozos,
de las olas el rumor.
De repente en la bocana
truena lejano el cañón:
";Entra buque!", allá en la playa
la gente ansiosa gritó.
Los niños se levantaron;
mas la esposa, en su dolor,
"no es vuestro padre les dijo:
tantas veces me engañó
la esperanza, que hoy no puede
alegrarse el corazón"
Pero después de una pausa
ligero un hombre subió
por el angosto sendero,
murmurando una canción.
Era un marino...¡Era el padre!
La mujer palideció
al oírle, y de rodillas
palpitando de emoción,
dijo ¿Lo véis, hijos míos?
La Virgen siempre escuchó
la plegaria de los niños
y los ayes de dolor