Mark Twain dijo que había cinco clases de actrices: "las buenas, las malas, las regulares, las grandes actrices y... Sarah Bernhardt". Oscar Wilde escribió Salomé para que ella la interpretara y Sigmund Freud, la vio interpretar Théodora de Victorien Sardou; desde entonces, una fotografía de la actriz recibía a los pacientes en su consultorio. Sarah solía viajar acompañada de varios perros, gatos, pájaros, tortugas, monos e incluso leopardos, leones y caimanes. Vivió obsesionada por la muerte. Asidua del depósito de cadáveres de París, en un ataud echaba las cartas de sus admiradores y en él dormía de vez en cuando. Falleció en París el 27 de Marzo de 1923.
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