El francés Serge Haroche y el estadounidense David J. Wineland han sido galardonados este martes con el Premio Nobel de Física 2012 "por sus innovadores métodos experimentales que permiten la medición y manipulación de los sistemas cuánticos", según ha informado el Comité Nobel de la Real Academia Sueca de las Ciencias.
Serge Haroche (nacido en 1944 en Casablanca, en Marruecos, y profesor del Collège de France y de la École Normale Supérieure de París) y David J. Wineland (nacido en 1944 en Milwaukee y profesor del National Institute of Standards and Technology, NIST, y de la Univesidad de Colorado, en Estados Unidos) "inventaron y desarrollaron, independientemente uno del otro, métodos para la medición y manipulación de partículas individuales, preservando su naturaleza mecánica cuántica, por unas vías que antes se consideraban inalcanzables", ha informado la Academia en un comunicado.
"Los galardonados con el Nobel abrieron la puerta a una nueva era en la experimentación con la física cuántica demostrando que era posible la observación directa de las partículas cuánticas individuales sin destruirlas", prosigue el comunicado.
Los dos científicos se repartirán ocho millones de coronas suecas (alrededor de 930.000 euros) por la concesión del premio, un 20 por ciento menos que en 2011 a causa del cambio de la paridad entre la divisa sueca y el dólar estadounidense, en cumplimiento de los estatutos del Nobel. Los dos premiados suceden a los astrónomos norteamericanos Saul Perlmutter, Brian P. Schmidt y Adam G. Riess.
Haroche y Wineland han desarrollado sus trabajos en el campo de la óptica cuántica, que estudia la interacción entre la luz y la materia, un ámbito en que "ha habido progresos considerables desde mediados de los años ochenta", según la Academia Sueca.
"Sus innovadores métodos han contribuido a que este campo de investigación haya dado los primeros pasos hacia la fabricación de un nuevo tipo de ordenador súper rápido basado en la física cuántica", prosigue el comunicado. "Es probable que el ordenador cuántico modifique nuestra vida diaria en este siglo de la misma forma radical en que lo hicieron los ordenadores clásicos el siglo pasado", continúa la Academia.
Las investigaciones de los dos galardonados "también han permitido la fabricación de relojes extremadamente precisos que podrían convertirse en la base futura de una nueva medida del tiempo, con una precisión cien veces superior a la de los relojes de cesio de hoy en día", concluye el comunicado.
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