Barack Obama logra salir reelegido presidente de los Estados Unidos en los comicios del 6 de noviembre, al conseguir 274 compromisarios, cuatro más de los necesarios, a la espera de que se conozcan los resultados de cinco estados. Aunque la noche electoral arrancó con ventaja del candidato republicano, Mitt Romney, finalmente Obama se impone al adjudicarse la victoria en 22 estados: California, Minnesota, Washington, Oregón, Nuevo México, Iowa, Pennsylvania, Wisconsin, New Hampshire, Ohio, Hawai, Vermont, Massachusetts, Michigan, Nueva Jersey, Nueva York, Illinois, Connecticut, Rhode Island, Delaware, Maryland y Maine y en el Distrito de Columbia.
Las victorias más importantes para el presidente fueron las conseguidas en el estado de California, ya que le ha aportado 55 compromisarios, así como en los estados clave, conocidos como 'swing states', de Ohio, Iowa, Pennsylvania, Wisconsin y New Hampshire. Por su parte, Romney suma 201 votos electorales: 38 de Texas, 16 de Georgia, 15 de Carolina del Norte, once de Indiana, once de Tennessee, once de Arizona, diez en Misuri, nueve de Alabama, nueve de Carolina del Sur, ocho de Louisiana y ocho de Kentucky, siete de Oklahoma, seis de Kansas, seis de Arkansas, seis de Misisipi, seis en Utah, cinco de Virginia Occidental, cuatro de Idaho, tres de Montana, tres de Dakota del Norte, tres de Dakota del Sur, tres de Wyoming y tres de los cinco compromisarios de Nebraska. Así, la noche electoral ha quedado cerrada, a falta de los recuentos en Florida, Virginia, otros dos 'swing states', Colorado, Nevada y Alaska.
La Cámara de Representantes seguirá dominada por los republicanos, que podrán volver a frenar las iniciativas de Obama. En un sistema político como el de Estados Unidos, el presidente no aprueba leyes, sólo las propone. Es el Congreso el que convierte o no en ley las políticas de la Casa Blanca, que en los últimos dos años se ha visto atada de pies y manos. El Senado, por su parte, continuará siendo demócrata.
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