Se dice de Carlos Gardel que cada año canta mejor. 77 años después de su muerte, su imagen, sinónimo del tango, es uno de los símbolos más presentes en esa ciudad mitómana que es Buenos Aires. Pero sus seguidores, a ambos lados del Río de la Plata, no ganan para disgustos: tras décadas de polémica, el pasado septiembre se comprobó la nacionalidad francesa del cantante. Y ahora se sabe que la confusión acerca de su lugar de nacimiento estuvo motivada por una razón oscura.
Una exclusiva del diario 'Página 12' revela que Gardel aparece en un documento policial de 1915 con el alias de 'el Pibe Carlitos' y con antecedentes de "estafador por medio del cuento del tío", una estafa típica de la época según la cual el delincuente aseguraba en un bar que había recibido la jugosa herencia de un tío de, pongamos, Salta o Jujuy, pero que no tenía recursos para viajar hasta esa provincia. La víctima acordada con el estafador adelantarle el dinero del viaje, el hospedaje y los abogados a cambio de repartirse después la herencia.
A menudo, el estafador contaba con un cómplice que fingía competir con el inocente para suscribir el acuerdo. Evidentemente, el cuentista y su cómplice desaparecían para siempre. Y, según esta investigación, uno de los compañeros de correrías de Gardel podría haber sido Andrés Cepeda, autor de las primeras composiciones cantadas por Gardel, y conocido también como "el poeta de la prisión" por haber pasado varios años de su vida entre rejas.
Una vez Carlos Gardel comenzó a adquirir fama, una persona influyente que solía frecuentar los lugares donde cantaba Gardel convenció al entonces presidente, Marcelo T. de Alvear, de que se destruyeran aquellos comprometidos prontuarios. Y así fue. Pero, a lo que se ve, alguien salvó uno de ellos, de 1915. La investigadora y poetisa de tangos Martina Iñíguez encontró una copia hace pocos días; 'Página 12' accedió al facsímil. Se desconoce el paradero del prontuario original.
La veracidad del documento se ha comprobado, usando la tecnología más avanzada, tras comparar las huellas con las que aparecían en un documento anterior, de 1904, un atestado de cuando el pequeño Gardel se escapó de casa.
Declaraciones confusas
El origen de Gardel ha sido un quebradero de cabeza para los investigadores durante décadas. El tanguista aseguró en sus memorias que había nacido en Toulosse (Francia), pero antes había afirmado, al realizar trámites burocráticos diversos, ser de la localidad uruguaya de Tacuarembú y de la argentina de La Plata. La misma confusión existía con respecto a la identidad de su padre.
Hasta ahora, se había instalado la hipótesis de que Gardel había mentido respecto a su lugar de nacimiento y filiación porque, al ser francés, se convirtió en desertor por no combatir en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, se sabe que, aunque Francia llamó a filas a todos los ciudadanos franceses, nunca persiguió a quienes vivían en el exterior.
Después de las revelaciones de este lunes, mucho más plausible parece que sus cambios de identidad se debieran al interés de Gardel de que no se le relacionase con aquel 'Pibe Carlitos' de su juventud. Se jugaba su fulgurante carrera, que se vería truncada en un accidente de avión en 1935.
Una sacudida para el mito. Aunque la voz inconfundible de Carlos Gardel sigue ahí, ocupando el lugar que la historia tenía reservada para él. A fin de cuentas, Gardel seguirá cantando cada año mejor. Y aquellos cuentos del tío, aquellos bares de arrabal, no están lejos de las escenas de sus tangos. Aunque parezca olvidarse ahora que el tango se convirtió en un estilo respetado y elegante, en sus orígenes aquella música nacida de la inmigración popular de primeros del siglo XX era tan proscrita por la sensualidad de su baile como por sus letras de barrios bajos y galanes canallescos.
Fuente: elmundo.es
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