El escritor romano Plinio el Viejo narró una divertida anécdota sobre Apeles, el pintor más famoso de Grecia en la antigüedad. Éste, colocó sus primeras obras en el voladizo de su casa y se escondió para escuchar la crítica del pueblo llano. Un autor (zapatero) observó que en el interior de un zapato faltaba un ojal. El pintor remedió la falta. Sin embargo, cuando el zapatero criticó a continuación las piernas, Apeles respondió: "Ne supra crepidam sutor iudicet" (un zapatero debe limitarse a opinar sobre sus sandalias). De ahí procede la expresión "zapatero a tus zapatos".
© buscabiografias, 1999-2024