El 13 de marzo de 1940 se firmó en Moscú el armisticio entre Rusia y Finlandia que daba por acabada la Guerra de Invierno. Las conversaciones en las que se llegó a este pacto tuvieron como escollo principal la delimitación de la nueva frontera en la que la URSS quería anexionar la ciudad finlandesa de Enso a su territorio. Durante la negociación, el líder soviético puso su dedo índice en el punto que marcaba la ciudad sobre el mapa pareciendo aceptar las reivindicaciones finlandesas llegándose al acuerdo. Los cartógrafos oficiales trazaron entonces la nueva línea fronteriza, aunque al llegar al dedo de Stalin no tuvieron valor para apartarlo y lo rodearon con línea roja y así, la ciudad de Enso se convirtió en Svetogorosk. No se sabe si esta anécdota es cierta, pero se puede apreciar desde entonces que la línea de la frontera forma una rara curva muy parecida a la de un dedo.
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