Siendo Mozart un niño, de regreso de una exitosa gira por Francia e Inglaterra, donde dio conciertos con un gran éxito, volvió a Salzburgo. Allí, un gentilhombre no sabía cómo dirigirse a un músico que siendo un niño ya era tan famoso; le parecía demasiado solemne tratarlo de "usted", pero demasiado desenfadado hacerlo de "tú". Así que pensó que la solución sería hablarle en plural y dijo:
--Así que hemos estado en Francia e Inglaterra, que hemos recibido en la corte y que hemos sido aplaudidos...
Mozart le escucho atónito y al fin exclamó:
--Y sin embargo yo no lo he visto en ninguno de estos lugares.
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