El escritor español Ramón María del Valle-Inclán sentía cierta animadversión hacia su homólogo José de Echegaray, contra el que no se reprimía de soltar algún que otro improperio en público.
En cierta ocasión, durante una discusión que mantenía en una tertulia de las muchas a las que acudía, perdió la paciencia con uno de los contertulios que defendía con fervor las obras escritas por el Premio Nobel Echegaray.
Valle-Inclán calificó a su oponente de «¡pedazo de bruto!» a lo que el ofendido exigió :
«¡Retire usted esas palabras!»
El escritor gallego tras guardar silencio mientras se acariciaba su barba respondió con tranquilidad:
«De acuerdo, retiro lo de "pedazo"»
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