Una joven secretaria que tuvo Albert Einstein, encargada de recibir a las visitas que acudían a ver al genial físico, pasaba muchos apuros cuando alguno de los visitantes le solicitaba alguna explicación sobre la Teoría de la relatividad.
-¿Qué puedo decirles? -preguntó a Einstein.
-Cuando alguien te plantee una pregunta relacionada con la Teoría de la relatividad, ponles el ejemplo del hombre que pasa una hora sentado junto a una mujer bella. -respondió.
-¿Una mujer bella?
-Para este hombre, transcurre toda una hora como si fuera un minuto. Sin embargo, si en lugar de junto a una mujer atractiva, sientas al mismo sujeto sobre una estufa encendida, un minuto le parecerá una hora. Eso, más o menos, viene a ser la relatividad.
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