El camino no tomado
Dos caminos divergían en un bosque amarillo,
y apenado de no poder viajarlos ambos
y ser un único viajero, permanecí largo rato
y contemplé por uno tan lejos como podía
para ver a dónde se perdía en la vegetación;
entonces tomé el otro, tan recto como iluminado,
y teniéndolo tal vez como el más apropiado,
porque estaba cubierto de hierba y era incitante;
aunque para el que pasa por allí
tenían los dos realmente la misma utilidad.
Y ambos igualmente yacían en aquella mañana
en hojas que ningún paso había manchado de sombra.
Ah, y dejé el primero para otro día!
Aun sabiendo cómo el camino conduce al camino,
dudé si habría de volver alguna vez.
Estaré diciendo esto con un suspiro
en algún lugar a edades y edades de aquí:
dos caminos divergían en un bosque y yo...
yo tomé aquel que era el menos transitado,
y eso ha hecho toda la diferencia.
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