Leonardo da Vinci trabajó durante doce años en la estatua ecuestre de bronce que debería erigirse en Milán en memoria de Francisco Sforza, padre de su protector, Ludovico Sforza el Moro, duque de Milán. La estatua, de 7 m de altura, hubiera exigido verter 100.000 Kg de metal fundido en un molde con la rapidez y la temperatura necesarias para que el enfriamiento fuera uniforme. A tal fin, Leonardo diseñó un sistema de hornos múltiples que nunca llegaría a utilizar, pues una amenaza de guerra hizo quen el material reservado para la estatua fuera destinado a la fabricación de cañones. En 1493 se exhibió en Milán un modelo de arcilla del caballo, que fue aclamado como la obra ecuestre más bella que jamás se hubiera visto. Al derrotar los franceses a los milaneses en 1499, los aequeros gascones utilizaron el modelo de arcilla para efectuar prácticas de tiro. Los daños causados por las flechas permitieron la entrada de agua en el modelo y, al cabo de algunos años, el gran caballo quedó totalmente destruido
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