"Nosotros, acogiendo el deseo de nuestro hermano Agostino Cardenal Vallini, nuestro vicario general para la diócesis de Roma, de muchos otros hermanos en el Episcopado y de muchos fieles, después de haber recibido el parecer de la congregación de la causa de los Santos, con nuestra autoridad apostólica, concedemos que el venerable siervo de Dios, Juan Pablo II, Papa, de ahora en adelante sea llamado beato y que se pueda celebrar su fiesta en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho, todos los años el 22 de octubre". Con estas palabras pronunciados en latín Benedicto ha elevado a los altares a su inmediato antecesor.
El Cardenal Vallini ha iniciado la homilía de beatificación con una breve biografía de Juan Pablo II para después descubrir el tapiz con la imagen de Karol Wojtyla.
La Plaza de San Pedro, en el Vaticano, se ha llenado de peregrinos venidos de todos los rincones del mundo para asistir a la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II. El acceso a la plaza se ha abierto a las 5.30 de la mañana, y los más madrugadores fueron acogidos por voluntarios, que les ofrecieron agua, zumo de naranja, bollos y fruta.
Algunas personas, decididas a hacerse con un buen sitio desde el que seguir la ceremonia de beatificación, han optado por dormir directamente en tiendas de campaña en los aledaños. Aunque dormir, no han dormido mucho. Sobre todo han cantado al son de la guitarra, han rezado, han recordado la figura de Juan Pablo II... "Venimos de Canadá", nos decía anoche un grupo de acampados. "De Filipinas", revelaba otro. "De España". "De Argentina". "De Portugal".
La Plaza de San Pedro ha sido habilitada para poder acoger a 80.000 personas: 800 en los puestos reservados para las autoridades civiles (donde se sentarán los príncipes de Asturias, los representantes de otras cuatro casas reales reinantes y los 16 jefes de Estado que asistirán a la ceremonia) 800 para las autoridades religiosas (incluido todo el colegio de cardenales), 6.000 asientos para los peregrinos y espacio para 40.000 personas en pie.
Pero se espera que la Plaza se vea desbordada de gente: el Ayuntamiento de Roma calcula que un millón de personas podría asistir a la ceremonia, mientras que el Vaticano prefiere no hacer previsiones. Los que no entren en la plaza podrán seguir la ceremonia desde las pantallas gigantes que se colocarán en la Via de la Conzilizacione, la gran avenida construida por Mussolini que lleva a la Plaza de San Pedro.
La ceremonia de beatificación de Juan Pablo II estará presidida por Benedicto XVI. Se trata de la primera ocasión en más de 1.000 años que un Papa es beatificado por su inmediato sucesor. Aunque Ratzinger estableció, al poco de ser elegido Pontífice, que sólo celebraría canonizaciones, ha decidido hacer una excepción con su predecesor, al que proclamará beato vistiendo su casulla y su mitra.
La ceremonia de beatificación comenzará a las 9.55 horas. Y estará precedida de una hora de preparación en la que se rezará, se leerán pasajes de la Biblia y se entonaran himnos y cantos.
El rito de beatificación será el tradicional dentro de la Iglesia: se leerá una pequeña biografía del Juan Pablo II y posteriormente el vicario de Roma, el cardenal Agostino Vallini, solicitará al Papa que le haga beato. Benedicto XVI responderá pronunciando en latín la formula de la beatificación. En ese momento, será descubierto un tapiz con la imagen de Karol Wotjyla, tomada de una fotografía de Juan Pablo II realizada en 1995. Un total de 500 sacerdotes repartirán la comunión ente los asistentes a la Plaza de San pedro, y otros 300 harán lo propio en la Via della Conziliazione.
Posteriormente será posible venerar los restos del nuevo beato. La gente que así lo desee podrá entrar en la Basílica de San Pedro. Allí, en la capilla de san Sebastián (situado junto a la famosa Piedad de Miguel Ángel) se colocará el triple féretro con los restos del nuevo beato Karol Wojtyla.
Fuente: el mundo.es
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