Los términos pernada, marqueta, prelibación o ius primae noctis (derecho a la primera noche) son todos ellos sinónimos de una realidad histórica que suponía que la mujer recién casada no era conocida sexualmente por su marido una vez celebrada la ceremonia nupcial, sino que lo era por otra persona, generalmente con ascendiente en la comunidad. En Libia, según el historiador Herodoto, existía la costumbre de que la noche de bodas todos los convidados a la ceremonia conocieran carnalmente a la novia y le entregaran regalos. El derecho de pernada tuvo hasta tres formas de practicarse. En algunos lugares de España, la pernada era una ceremonia alegórica que consistía en poner la pierna (de ahí el término pernada) sobre el lecho de sus vasallos el día que se casaban, como símbolo del señor de dar consentimiento. Otro supuesto es el que tenía el señor de disponer físicamente de la recién casada la noche de bodas, aunque esto no es más que una suposición poco documentada. La última, ésta sí verificada, es la que cometían los señores abusando de la potestad jurisdiccional sobre sus bienes y personas, capturando a las mujeres para satisfacer sus deseos sexuales
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