El árbol de más de 400 años de vida recibe la visita de más de 33.000 turistas cada año, miles de curiosos que, progresivamente, le han causado deterioros. Los daños causados al mítico frutal han obligado a instalar una valla cuyo objetivo es evitar que los curiosos pisoteen o escalen el manzano. El mal estado de la corteza impedía que los nutrientes y el agua alimentasen sus raíces. La fascinación llega a tal punto que hace aproximadamente un año un trozo de madera del mítico manzano y un retrato de Newton se unieron a una misión espacial organizada por la NASA liderada por el astronauta Piers Sellers como parte de las conmemoraciones del 350 aniversario de la Royal Society británica. En 1820, una tormenta estuvo a punto de acabar con el árbol. Sin embargo, el manzano sobrevivió y se reconstituyó a partir de sus raíces. Su fortaleza junto con su importancia histórica explican que este símbolo sea Patrimonio Nacional. La anécdota más famosa de la ciencia contemporánea cuenta que tras una cena, el físico Isaac Newton salió a tomar una taza de té bajo el manzano de su casa. Mientras meditaba, una manzana le cayó sobre la cabeza, llevándole a preguntarse por qué esta siempre descendía de forma perpendicular. Este episodio sería la antesala de las leyes que el británico recogió a posteriori en su obra 'Philosophiae Naturalis Principia Mathematica' y que le valieron su cargo de presidente de la Royal Society. La historia es todo un mito, y atrae a miles de curiosos que acuden en masa a visitar el árbol, que se encuentra en Woolsthorpe, en el Condado de Lincolnshire.
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