Tras semanas de preparativos Benedicto XVI llegó al aeropuerto de Barajas pasadas las 11.45 horas en la que será su tercera visita a España. Una circunstancia que convierte a España en el más visitado por el Papa en los cinco años de su pontificado. Aunque la visita tiene carácter pastoral, la ceremonia de bienvenida en Barajas tiene rango de acto de estado, por tal motivo fue recibido a pie de pista por los Reyes en un acto en el que también asistió el presidente Zapatero, la presidenta de la Comunidad de Madrid y al alcalde de la capital, además del anfitrión y organizador de la Jornada Mundial de la Juventud, el cardenal Rouco Varela. Asistirá a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se prolongará hasta el domingo. La Iglesia espera que dé un impulso decisivo a la evangelización de las nuevas generaciones, especialmente en la "secularizada Europa". En su primer discurso nada más llegar a Madrid, en el aeropuerto de Barajas, Benedicto XVI ha hecho un llamamiento a "una respetuosa convivencia" entre los cristianos y los seguidores de otras "legítimas opciones", en alusión no sólo a los fieles de otras religiones sino sobre todo al creciente número de ateos y agnósticos se que se registrán en España y todo Occidente. El Papa ha reconocido que "actualmente hay motivos para la preocupación" en España, refiriéndose a la crisis de fe que tienen lugar en el país. Y ha denunciado no sólo la "persecución abierta" y violenta que los cristianos sufren en algunos países (sobre todo de mayoría musulmana) si no también a la "persecución larvada" que padecen en los estados laicistas.
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