El mando insurgente afirma que la brigada que le defendía se ha rendido y que su heredero Saif al Islam ha sido capturado junto a otros dos de sus hijos. Miles de libios celebran en las calles de Trípoli y Bengasi la caída del régimen. Su avance por el centro de Trípoli ha sido tan rápido que las tropas insurgentes dicen controlar la capital salvo el fortificado complejo presidencial del dictador. Después de no haber encontrado resistencia a su paso, los rebeldes se han hecho ya con el control de la Plaza Verde, en el centro de la ciudad, y de la radio estatal. Según la agencia AFP, en los alrededores de su residencia se producen fuertes combates. Gadafi intenta prolongar el ocaso de su régimen con llamamientos desesperados al mismo pueblo libio al que ha sometido desde 1969. "Abrid los almacenes de armas, entregadlos a las masas. ¿Dónde están los religiosos que siempre están en primera fila y buscan el martirio? ¡Que salgan de sus casas para limpiar Libia de las ratas!", exclamó en una grabación de audio difundida por la televisión estatal en la que el dictador afirmaba que seguía en la capital libia. "Todos los libios están convocados a unirse a la batalla de Trípoli para impedir que el enemigo tome esta ciudad. Os matarán y violarán a vuestros familiares", insistió durante su intervención. Tras seis meses de escasos avances, los revolucionarios han conseguido agotar al Ejército libio con la decisiva colaboración de la OTAN. La Alianza primero acabó con la fuerza aérea gadafista y después fue destruyendo los vehículos blindados del régimen y todos los centros de mando que iba localizando.
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