El emperador ingresó el 6 de noviembre en el Hospital Universitario de Tokio tras permanecer tres días con fiebre y pérdida del apetito, lo que podría ser signo del desarrollo de una nueva bronquitis u otra infección respiratoria. Los médicos dijeron que abandonaría el hospital el viernes, pero fue incapaz de hacerlo a causa de una recaída. Es la segunda vez en este año que debe ser ingresado. En febrero se sometió a un tratamiento médico para las arterias coronarias. El Gobierno de Japón ha autorizado temporalmente al príncipe heredero, Naruhito, a actuar en nombre de su padre.
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