La cena íntima de la que disfrutó el rey Juan Carlos con el príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina hace unos meses en un conocido restaurante madrileño no fue un simple encuentro familiar, un momento de asueto de un padre con sus tres hijos, sino una reunión premeditada por el monarca para revelarles su "especial amistad con la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein", según revela elpulso.es.
Aquella cena marcada por la ausencia de la reina, la princesa Letizia e Iñaki Urdangarin, argumentando que los unos estaban de viaje y la princesa cuidando a sus hijas, "tenía un motivo. Más bien una sorpresa que don Juan Carlos quiso transmitir a sus hijos, para lo cual era mejor reunirles fuera de Palacio y en un ambiente agradable y distendido que quitaba formalidad a su discurso", explica el citado diario.
"Lo que cuentan que esa noche podría haber comunicado a sus hijos", prosigue la noticia, "es su especial amistad con la princesa alemana (...) y la importancia de esta atractiva mujer en su vida. La misma fuente asegura que desde hace unos meses Corinna vive junto a su hija en un chalet de El Pardo, suficientemente protegida de la mirada de curiosos, que deja cuando sale los fines de semana de cacería junto al rey. Entonces recibe al resto de cazadores como una auténtica anfitriona que organiza y dispone a su antojo como dueña y señora de la casa. Corinna es una mujer muy especial para don Juan Carlos", concluye dicho portal.
Quién es la princesa Corinna
El nombre de Corinna zu Sayn-Wittgenstein no es nuevo. Ya resonó con fuerza, por poner un ejemplo, en el último y polémico libro de Pilar Eyre, La soledad de la reina. En él se menciona a la princesa alemana, además de a otros nombres como el de María Gabriella de Saboya, exmujer de Robert de Balkany, la condesa Olginha Nicolis de Robilant y Sara Montiel, como apasionada amante de don Juan Carlos.
Pero la última obra de Eyre no es el único lugar en el que el nombre de Corinna zu Sayn-Wittgenstein se ha hecho un hueco. El Mundo desgranaba en un artículo, publicado unos meses antes del mencionado encuentro del rey con sus hijos, quién era esta "bella princesa que triunfa en España". Aseguraba que dicha dama, de 46 años, deslumbraba en Madrid, pues estaba acostumbrada a tratar con la high society. Comprometida con numerosas actividades filantrópicas, aficionada a los safaris, la caza, las regatas, las embarcaciones y la navegación en general, de hecho ocupó el puesto 18 en la tripulación del Desafío Español junto a Federico de Dinamarca.
Uno de esos viajes al Parque Nacional de Timanfaya y a Playa Blanca, siempre según El Mundo, tuvo lugar en 2006, meses después del banquete que se encargó de presidir en un pueblo del sur de Alemania con motivo de la visita de don Juan Carlos.
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