Consiguió su primer Goya, el que le reconoce como mejor director por "No habrá paz para los malvados", tras imponerse a Mateo Gil, por "Blackthorn. Sin destino"; Pedro Almodóvar, por "La piel que habito", y Benito Zambrano, por "La voz dormida". Ganador de la Biznaga de Oro por "La vida mancha" (2003), y de un Ondas y un San Jordi por "La caja 507" (2002), el realizador bilbaíno que se estrenaba en los Goya con las 17 candidaturas de este thriller violento, logra el más prestigioso de los galardones. La película ganó el Goya al de mejor actor protagonista, José Coronado, para quien Urbizu creó específicamente al policía Santos Trinidad.
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