Parece ser que el único superviviente de la batalla de Little Bighorn, donde los guerreros sioux masacraron al general Custer y su 7º Regimiento de Caballería, fue un caballo llamado Comanche. Posteriormente habría de destacarse en numerosas batallas frente a los indios. Keogh, el soldado que montó a Comanche, sostuvo las riendas de su corcel aún después de muerto en una muestra patética de su apego por el caballo. Nunca nadie lo volvió a montar. Tiempo después, cuando el caballo murió y, al ser considerado héroe nacional, se decidió disecar su cuerpo. Sus órganos fueron enterrados con honores militares. Su cuerpo ya disecado fue trasladado de modo permanente al Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas.
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