El director estadounidense Arthur Penn falleció en Nueva York. De 88 años, Penn es conocido por películas como «Rebelde sin causa». La noticia la ha confirmado Evan Bell, su consejero fiscal.
«Arthur Penn ha aportado la sensibilidad del cine europeo de los años 60 al Séptimo Arte en los Estados Unidos», ha declarado el guionista y director Paul Schrader a «The New York Times». «Abrió un camino en la generación de guionistas americanos de los años 70», como Martin Scorsese o Francis Ford Coppola», ha añadido el guionista de «Taxi Driver».
Arthur Penn (Philadelphia, 1922) falleció el 28 de septiembre de 2010 un día después de celebrar los 88 años. Revolucionó el cine y la televisión en Estados Unidos y dejó una honda huella en Broadway, pero fue otro trabajo suyo, como asesor de Kennedy en el célebre debate televisado con Nixon, el que quizá alteró para siempre el rumbo de la historia de los Estados Unidos.
A las órdenes de Penn, un estudioso (y en ocasiones detractor) del método Stanislavsky, que llegó a estudiar en el mítico Actors Studio de Nueva York, los intérpretes lograban casi siempre interpretaciones cargadas de electricidad. Marlon Brando en «La jauría humana», Dustin Hoffman en «Pequeño gran hombre», Anne Bancroft en «El milagro de Ana Sullivan», Paul Newman en «El zurdo»? No es casualidad que muchos de ellos fueran premiados por dichas actuaciones. Hasta ocho de sus actores fueron nominados al Oscar.
Como recordaba «The New York Times», A Kennedy le aconsejó en 1960 que mirara directamente a la cámara y que sus respuestas fueran breves y precisas, lo que a la postre le daría un aura de confianza y calma que contrastó con las maneras nerviosas de su oponente, mucho más experimentado, pero sin ningún carisma para la cámara. Penn incluso dirigió la retransmisión del tercero de los debates, con lo que el idilio entre el medio y el futuro presidente se fortaleció aún más.
Hijo de un relojero y una enfermera, el pequeño gran Arthur vio cómo sus padres se divorciaban cuando solo tenía tres años de edad. Al principio pareció seguir los pasos de su progenitor, pero pronto se decantó por el teatro, donde empezó como actor, hasta que su verdadero talento se reveló dirigiendo a otros. En 1960 recibió un premio Tony, la tercera de las cinco veces que optó al prestigioso galardón teatral, por la obra «El milagro de Ana Sullivan».
En el cine, su carrera alcanzó la cumbre con dos años mágicos en los que dirigió «La jauría humana», brutal alegato antiracista que no fue suficientemente valorado en su momento, y «Bonnie & Clyde» (1967), que causaría una impresión imborrable en cineastas como Martin Scorsese y Francis Ford Coppola. Los guionistas, David Newman y Robert Benton, la escribieron pensando en Truffaut. Penn la filmó pensando en el. Antes había demostrado su interés por la psicología de los personajes en la revisionista historia de Billy el Niño «El zurdo» (1958). Con «El milgro de Ana Sullivan» (1962), trasladó con brillantez su propio éxito teatral sobre la estremecedora historia de una niña sordomuda y ciega.
Su último gran título quizá sea « La noche se mueve», en la que Gene Hackman borda el papel de detective de medio pelo encargado de encontrar a una chiquilla descarriada. «Missouri», «Georgia», « «Target: Agente doble en Berlín» y «Muerte en el invierno» son cintas que filmaría con gusto cualquier cineasta, pero que ya no tenían el pulso de aquel joven vanguardista que reescribió la historia del séptimo arte.
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