Como es bien conocido, el caballo Incitatus, predilecto del emperador Calígula, fue nombrado cónsul y corregente de Roma y como tal era dignificado con los honores propios de su cargo. Claudio, sucesor de Calígula, aunque "destituyó" al caballo, ordenó que siguiera siendo tratado a cuerpo de rey en su establo de marfil, aunque, eso sí, no le invitó a su propia mesa, como hacía su antecesor.
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