Los comienzos de la carrera literaria del gran dramaturgo noruego Henrik Ibsen no fueron nada prometedores. Su primera obra publicada, "Catilina" (1848) supuso tal fracaso de ventas que los libros, deshojados, acabaron siendo vendidos a un tendero como papel de envolver. Después de tal fracaso, intentó matricularse en la Universidad de Oslo, pero suspendió el examen de ingreso. También trató de dedicarse al periodismo, nuevamente sin éxito. Por fin, comenzó a trabajar como empresario teatral, primero en Bergen y luego en Cristanía (la actual Oslo), puestos que le permitieron ir estrenando obras, ninguna de las cuales alcanzó el éxito, y sí algún sonoro fracaso. Tras verse obligado a abandonar sus poco exitosos negocios teatrales, hubo de pasar cinco años de extrema pobreza en Roma, en los que se convirtió en uno de los muchos bohemios de largos cabellos e ideas chocantes que por allí pululaban. Finalmente, se decidió a escribir un drama sobre el fracaso, que envió sin demasiadas esperanzas a la editorial noruega Danish, que lo publicó en 1866 con un buen éxito de ventas. Tras repetir éxito relativo con un nuevo drama, "Peer Gint", regresó a su país, olvidó todo escarceo bohemio, aburguesó su aspecto físico y fue nombrado poeta nacional noruego
© buscabiografias, 1999-2024