Escritor y fabulista español
- Obras: Fábulas literarias, La señorita malcriada...
- Padres: Bernardo de Iriarte y Bárbara de las Nieves Hernández de Oropesa
- Nombre: Tomás de Iriarte y Nieves Ravelo
Tomás de Iriarte nació el 18 de septiembre de 1750 en el Puerto de la Cruz de Orotava, Canarias, España."La sonrisa es el idioma universal de los inteligentes"
Tomás de Iriarte
Familia
Uno de los dieciocho hijos de Bernardo de Iriarte y Bárbara de las Nieves Hernández de Oropesa. Fue criado en el seno de una familia muy culta.Estudios
En 1764 se trasladó a la península junto a su tío, el bibliógrafo y poeta Juan de Iriarte, con quien estudió las lenguas griega y francesa, y siendo ya conocedor del latín y estudioso de la literatura castellana, ocupó el cargo de oficial traductor de la secretaría del Estado y archivero del Consejo Supremo de Guerra.Carrera
Su carrera literaria se inició como traductor de teatro francés. Tradujo, además, el Arte poética (1777) de Horacio. La música, de 1779, es un poema escrito en silvas, donde desarrolló su teoría acerca de ese arte que "habla a los corazones/El idioma genial de las pasiones".Escribió las comedias La señorita malcriada (1788) y El señorito mimado (1790). En Guzmán el Bueno (1791) introdujo el monólogo dramático con acompañamiento de orquesta.
Fábulas
Conocido sobre todo por sus Fábulas literarias (1782), se reivindicó como el primer español en introducir el género, lo que motivó una contienda con su examigo Félix María Samaniego, que había publicado su colección de fábulas en 1781. Su fábula más conocida es la de Los dos conejos.Muerte
Tomás de Iriarte falleció de gota el 17 de septiembre de 1791 en Madrid.Sabías que...
Músico
Era muy aficionado a la música, tocaba el violín y la viola. Además, compuso varias sinfonías (hoy perdidas) y la música de su monólogo Guzmán el Bueno.El Burro Flautista
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Esta fabulilla,
salga bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.
Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidada
por casualidad.
Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.
En la flauta el aire
se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.
«iOh!», dijo el borrico,
«¡qué bien sé tocar!
¡y dirán que es mala
la música asnal!»
Sin regla del arte,
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.