Giuseppe Ungaretti
Poeta italiano
Giuseppe Ungaretti nació el 10 de febrero de 1888 en Alejandría, Egipto.
De padres italianos, era un niño cuando su padre murió durante la construcción del Canal de Suez.
Lector incansable que pronto descubre a Leopardi, Baudelaire, Mallarmé, Racine y Nietzsche, que lo marcan y serán parte de su producción literaria.
Cursó estudios en el colegio suizo de la ciudad. Viaja a París en 1912 y estudia en la Universidad de la Sorbona, donde conoce a poetas como Guillaume Apollinaire, Charles Péguy y Paul Valéry.
Fue soldado en la I Guerra Mundial. Sus experiencias en el conflicto le inspiran sus dos primeros libros de poesías, El puerto sepultado (1916), en italiano, y La Guerra (1919), en francés. Trabajó en el Ministerio de Asuntos Exteriores en Roma desde 1921. Convertido al catolicismo en 1928, trabaja como periodista en 1930 y posteriormente como profesor de literatura italiana, primero en São Paulo, Brasil, entre 1936 y 1942, y después en Roma.
Publicó numerosos libros de poesía como La vida de un hombre (1942-1961), por el que se le considera como uno de los fundadores del hermetismo, movimiento que exalta la poesía basada en los sentimientos personales. Tradujo obras como Fedra de Racine, una colección de sonetos de Shakespeare, y poemas de Stéphane Mallarmé y William Blake. Se le otorga la Cátedra de Literatura Italiana Contemporánea en la Universidad de Roma.
Giuseppe Ungaretti falleció el 2 de junio de 1970 en Roma.
Obras seleccionadas
El puerto sepultado (1916)
Alegría de náufragos (1919)
Sentimiento del tiempo (1933)
El dolor (1947)
La tierra prometida (1939)
Il Taccuino del Vecchio (1960)
La vida de un hombre (1977)
De: L'allegria
(1914-1919)
Noia
Anche questa notte passerà
Questa solitudine in giro
titubante ombra dei fili tranviari
sull´umido asfalto
Guardo le teste dei brumisti
nel mezzo sonno
tentenare.
Aburrimiento
También esta noche pasará
Esta soledad de ronda
titubeante sombra de los cables tranviarios
sobre el húmedo asfalto
Miro a los conductores
medio dormidos
cabecear.
Nasce forse
C´è la nebbia che ci cancella
Nasce forse un fiume quassú
Ascolto il canto delle sirene
del lago dov´era la cittá.
Tal vez nace
Hay una neblina que nos borra
Tal vez aquí arriba nace un río
Oigo el canto de las sirenas
del lago donde estaba la ciudad.