Poeta salvadoreño
- Uno de los más reconocidos poetas salvadoreños.
- Obras: Jícaras tristes...
- Género: Poesía
- Padres: Alfonso Espino, Enriqueta Najarro
- Nombre: Edgardo Alfredo Espino Najarro
Alfredo Espino nació el 8 de enero de 1900 en Ahuachapán, El Salvador."Es porque un pajarito de la montaña ha hecho, en el hueco de un árbol, su nido matinal"
Alfredo Espino
Padres
Fue el segundo de los ocho hijos del poeta Alfonso Espino y de la educadora Enriqueta Najarro.Estudios
Cursó estudios en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, donde se graduó de doctorado con su tesis Sociología estética (1927).Colaboró en las revistas Lumen y Opinión Estudiantil, al igual que en los periódicos La Prensa y Diario del Salvador.
Poemas
Solamente escribió noventa y seis poemas que se reunieron en Jícaras Tristes en 1930, dividido en seis partes: Casucas, Auras de Bohío, Dulcedumbre, Panoramas y Aromas, Pájaros de Leyenda y El Alma del Barrio.Con una poética delicada, presentó un estilo sencillo, fácil de captar. Sus poemas exponen el paisaje de El Salvador, exuberante.
Muerte
Alfredo Espino se suicidó en San Salvador, El Salvador, el 24 de mayo de 1928 durante una de sus crisis alcohólicas. Fue sepultado en el Cementerio General de San Salvador; sus restos descansan en Jardines del Recuerdo, en el lugar de la cripta de los poetas.Sabías que...
Jícaras Tristes
La obra, publicada póstumamente, es uno de los libros más editados y leídos en El Salvador.LAS MANOS DE MI MADRE
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Manos las de mi madre, tan acariciadoras,
tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!
Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.
Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).
Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!