Escritor español
Uno de los autores más representativos de la Generación del 98.
Obras: El árbol de la ciencia, Zalacaín el aventurero...
Género: Novela, teatro
Movimiento: Generación del 98
Padres: Serafín Baroja y Carmen Nessi
Nombre: Pío Baroja y Nessi
Pío Baroja nació el 28 de diciembre de 1872 en San Sebastián.
Familia
Tercer hijo de Carmen Nessi y Goñi y Serafín Baroja y Zornoza, ingeniero de minas. Sus hermanos fueron Darío, Ricardo y Carmen.En 1879, la familia se mudó a Madrid y en 1881, a Pamplona, de donde regresaron, en 1886, a la capital.
Estudios
Estudió la carrera de Medicina en Madrid y Valencia, doctorándose en 1893 aunque ejerció durante poco tiempo como médico titular en Cestona (Guipúzcoa).Panadería
En 1896 sucedió a su hermano Ricardo en la regencia de una panadería propiedad de su tía Juana Nessi en Madrid. Intentó dedicarse a la especulación bursátil en 1898, y desde 1902, se dedicó profesionalmente a la literatura relacionándose con jóvenes escritores que, con el tiempo, serían conocidos como generación del 98.Hombre de carácter solitario y pesimista, características que aparecen reflejadas en sus obras.
Su concepción filosófica sufre las influencias de Kant, Schopenhauer y Nietzsche. Arthur Shopenhauer dejó en él un profundo anticristianismo, rasgo de su personalidad que mantuvo intocable hasta su muerte. No fue partidario de ninguna tendencia política y fue crítico con el socialismo y el fascismo.
Novelas
Su primera novela fue Vidas sombrías (1900), a la que siguió el mismo año La casa de Aizgorri, novela que forma parte de la primera de sus trilogías, Tierra vasca, que también incluye El mayorazgo de Labraz (1903) y Zalacaín el aventurero (1909).Otros libros
Con Aventuras y mixtificaciones de Silvestre Paradox (1901), inició la trilogía La vida fantástica, expresión de su individualismo anarquista y su filosofía pesimista, integrada además por Camino de perfección (1902) y Paradox Rey (1906).Alcanzó la fama fuera de España a través de la trilogía La lucha por la vida, descripción de los bajos fondos de Madrid, que forman La busca (1904), La mala hierba (1904) y Aurora roja (1905).
El árbol de la ciencia
Viajó por España, Italia, Francia, Inglaterra, los Países Bajos y Suiza, y en 1911 publicó El árbol de la ciencia, posiblemente su novela más reconocida.Entre 1913 y 1935 aparecieron los 22 volúmenes de una novela histórica, Memorias de un hombre de acción, basada en el conspirador Eugenio de Avinareta, uno de los antepasados del autor que vivió en el País Vasco en la época de las Guerras carlistas.
Entre 1944 y 1948 se presentaron sus Memorias, subtituladas: Desde la última vuelta del camino.
- La obra de Pío Baroja es una de las destacadas de la llamada «Generación del 98» español aunque siempre negó su pertenencia.
Escritor observador y detallista como demuestra en su trilogía La lucha por la vida (La busca, Mala hierba y Aurora roja) en la que narra la historia de un muchacho desde su adolescencia hasta el desenlace en el Madrid convulso del periodo de tránsito del siglo XIX al XX.
Su estilo literario se caracteriza por el realismo y por la relación de sus personajes con el entorno social y cultural.
En sus obras, Baroja suele utilizar un lenguaje sencillo y directo prestando especial atención a la descripción de los personajes y de los ambientes en los que se desarrollan sus historias.
Otro de los rasgos distintivos es su interés por explorar los cambios sociales y políticos que se dan en España durante el siglo XIX y principios del siglo XX, y cómo estos afectan a las personas y a sus relaciones.
Crítica y estilo
Real Academia Española
En 1935 pasó a formar parte de la Real Academia Española, y emigró a Francia cuando estalló la Guerra Civil española, regresando en 1940.A su vuelta, Pío Baroja se instaló en Madrid, donde llevó una vida alejada de cualquier actividad pública.
Muerte
El 20 de mayo de 1956 fue operado de una fractura de fémur, falleciendo el 30 de octubre de este mismo año. Al día siguiente fue enterrado con tierra de Madrid y de su País Vasco natal en una tumba muy discreta en el cementerio civil de Madrid.
«Solo los tontos tienen muchas amistades».
Pío Baroja
Resumen
Escritor español de la generación del 98. Una de sus obras más conocidas es La lucha por la vida una trilogía formada por las novelas: La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora roja (1905). Además, escribió otras novelas como El árbol de la ciencia (1911).
Sabías que...
Hubo quienes le tacharon de misógino, ya que nunca se casó ni se supo que tuviera algún amorío. Sin embargo, si tenemos en cuenta la forma en la que hablaba de sus personajes femeninos, podremos darnos cuenta de que esta definición no es real.
Obras
El cantor vagabundo 1950
Desde la última vuelta del camino 1949
Bagatelas de otoño 1949
Juventud, egolatría 1948
La intuición y el estilo 1948
Reportajes 1948
Galería de tipos de la época 1947
El hotel del Cisne 1946
Final de siglo XIX y principios del XX 1946
Familia, infancia y juventud 1945
Canciones del suburbio 1944
El escritor según él y según los críticos 1944
El caballero de Erlaiz 1943
Los amores tardíos 1942
Laura o la soledad sin remedio1939
Susana y los cazadores de moscas 1938
La juventud perdida 1937
Locuras de carnaval 1937
El cura de Monleón 1936
Memorias de un hombre de acción 1935
Crónica escandalosa 1935
Las noches del Buen Retiro 1934
Desde el principio hasta el fin 1932
El cabo de las tormentas 1932
La familia de Errotacho 1932
La selva oscura 1932
Los pilotos de altura 1932
Los visionarios 1932
El mar 1931
Aviraneta o la vida de un conspirador 1931
La venta de Mirambel 1931
La estrella del capitán Chimista 1930
Los confidentes audaces 1930
Humano enigma 1928
La senda dolorosa 1928
Las mascaradas sangrientas 1927
Las veleidades de la fortuna 1927
El gran torbellino del mundo 1926
La nave de los locos 1925
Las figuras de cera 1924
Momentum catastrophicum, Divagaciones apasionadas 1924
El amor, el dandysmo y la intriga 1922
La leyenda de Jaun de Alzate 1922
El sabor de la venganza 1921
Las furias 1921
Las ciudades 1920
La sensualidad pervertida: ensayos amorosos de un hombre ingenuo en una época de decadencia 1920
Los contrastes de la vida 1920
La Isabelina 1919
La caverna del humorismo 1919
La veleta de Gastizar 1918
Los caudillos de 1830 1918
La ruta del aventurero 1916
Con la pluma y con el sable 1915
Los recursos de la astucia 1915
Los caminos del mundo 1914
El aprendiz de conspirador 1913
El escuadrón del Brigante 1913
El pasado 1912
El mundo es ansí 1912
Las tragedias grotescas 1912
La raza 1911
El árbol de la ciencia 1911
Las inquietudes de Shanti Andía 1911
Los últimos románticos 1911
César o nada 1910
La feria de los discretos 1910
Tierra vasca 1909
La ciudad de la niebla 1909
Zalacaín el aventurero 1909
La dama errante 1908
La vida fantástica 1906 (2010)
Paradox rey 1906
La lucha por la vida 1905
Aurora Roja 1905
El tablado de Arlequín 1904
La busca 1904
Mala hierba 1904
El mayorazgo de Labraz 1903
Idilios vascos 1902
Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox 1901
Camino de perfección (pasión mística) 1901
La casa de Aitzgorri 1900
Vidas sombrías 1900
Fragmento de El Árbol de la Ciencia:
Andrés Hurtado comienza la carrera
I
Serían las diez de la mañana de un día de octubre. En el patio de la Escuela de Arquitectura, grupos de estudiantes esperaban a que se abriese la clase.
De la puerta de la calle de los Estudios que daba a este patio, iban entrando muchachos jóvenes que, al encontrarse reunido, se saludaban, reían y hablaban.
Por una de estas anomalías clásicas de España, aquellos estudiantes que esperaban en el patio de la Escuela de Arquitectura no eran arquitectos de porvenir, sino futuros médicos y farmacéuticos.
La clase de química general del año preparatorio de medicina y farmacia se daba en esta época en una antigua capilla del instituto San Isidro convertida en clase, y ésta tenía su entrada por la Escuela de Arquitectura.
La cantidad de estudiantes y la impaciencia que demostraban por entrar en el aula se explicaba fácilmente por ser aquél primer día de curso y del comienzo de la carrera.
Ese paso del bachillerato al estudio de la facultad siempre da al estudiante ciertas ilusiones, le hace creerse más hombre que su vida ha de cambiar.
Andrés Hurtado, algo sorprendido de verse entre tanto compañero, miraba atentamente arrimado a la pared la puerta de un ángulo del patio por donde tenían que pasar [...].