Rodolfo Enrique Fogwill
Escritor argentino
Rodolfo Fogwill nació el 15 de julio de 1941 en Quilmes.
Licenciado en sociología por la Universidad de Buenos Aires, donde después trabajó como profesor titular.
Autor de poemas, cuentos, novelas y ensayos. Formó parte del cuerpo docente de la Facultad Libre de Rosario. También fue empresario de publicidad y marketing.
En 1980, su cuento Muchacha punk obtuvo un importante premio patrocinado por la empresa Coca-Cola, lo que le permitió dedicarse a la escritura.
Autor de la novela que le dio fama, Los pichiciegos, escrita en seis días, cada uno de ellos con una dosis de 12 gramos de cocaína. Junto a César Aira y Ricardo Piglia, es uno de los escritores argentinos más destacados después de que en los ochenta murieran Borges y Julio Cortázar.
Escribió más de 20 libros, entre ellos los poemarios El efecto de realidad (1979) y Lo dado (2001), los libros de cuentos Música japonesa (1982) y Cuentos completos (2009), y las novelas Vivir afuera (1998), por la cual ganó el Premio Nacional de Literatura de Argentina seis años después.
También creó su propia editorial, Tierra Baldía, desde la cual promovió la poesía. Forma parte de diversas antologías publicadas en varios países. En 2003, ganó la beca Guggenheim.
Rodolfo Fogwill falleció en Buenos Aires el 21 de agosto de 2010, a causa de un enfisema pulmonar, resultado de su adicción al cigarrillo.
Obras
Novela
Los pichiciegos (1983)
La buena nueva (1990)
Una pálida historia de amor (1991)
Vivir afuera (1998)
Cantos de marineros en las pampas (1998)
La experiencia sensible (2001)
En otro orden de cosas (2002)
Urbana (2003)
Runa (2003)
Un guion para Artkino (2009)
Cuentos
Mis muertos punk (1980)
Música japonesa (1982)
Ejércitos imaginarios (1983)
Pájaros de la cabeza (1985)
Muchacha punk (1992)
Restos diurnos (1993)
Poesía
El efecto de realidad (1979)
Las horas de citas (1980)
Partes del todo (1990)
Lo dado (2001)
Canción de paz (2003)
Últimos movimientos (2004)
Inicio de Muchacha Punk
EN DICIEMBRE DE 1978 hice el amor con una muchacha punk. Decir "hice el amor" es un decir, porque el amor ya estaba hecho antes de mi llegada a Londres y aquello que ella y yo hicimos, ese montón de cosas que "hicimos" ella y yo, no eran el amor y ni siquiera -me atrevería hoy a demostrarlo-, eran un amor: eran eso y sólo eso eran. Lo que interesa en esta historia es que la muchacha punk y yo nos "acostamos juntos". Otro decir, porque todo habría sido igual si no hubiésemos renunciado a nuestra posición bípeda, -integrando eso (¿el amor?) al hábitat de los sueños: la horizontal, la oscuridad del cuarto, la oscuridad del interior de nuestros cuerpos; eso.