Gabriel Celaya
Rafael Gabriel Mújica Celaya
Poeta español
Gabriel Celaya nació el 18 de marzo de 1911 en Hernani, Guipúzcoa (España).
Se mudó a Madrid donde estudió la carrera de ingeniero industrial; en la capital se vinculó a la Residencia de Estudiantes donde conoció a García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén y otros, que determinaron su vocación literaria.
Pasó algún tiempo trabajando como ingeniero en una empresa familiar en Guipúzcoa y escribiendo, hasta que en 1956 se instaló definitivamente en Madrid para dedicarse por completo a la poesía.
En su primer libro, Marea de silencio (1935), se podían advertir influencias surrealistas. Fundó en 1947, junto con Amparo Gastón, la colección "Norte" de poesía. Amparitxu, a quien conoció en 1946, será su compañera para siempre.
Dedicó su obra al compromiso, a la defensa de la libertad y a la palabra poética desde diversas perspectivas, desde la vanguardia y el surrealismo, la poesía social en conexión con la naturaleza. En los años cincuenta se incorporó de lleno a la poesía social y se situó en una línea ideológica muy cercana al Partido Comunista. Como libros destacados aparecen: Las cartas boca arriba (1951), Cantos iberos (1955), Canto en lo mío (1968) y en 1969 publicó sus Poesías completas.
A muchos de sus poemas les han puesto música cantautores como Paco Ibáñez. Trabajó como traductor de Rilke, William Blake, Rimbaud y Paul Eluard. En 1984 se vio obligado a vender su biblioteca personal de 1.200 volúmenes a la Diputación de Guipúzcoa por diez millones de pesetas. Con este motivo, la Diputación organizó unas jornadas de homenaje a Celaya y editó su libro "Trilogía vasca".
Gabriel Celaya falleció el 18 de abril de 1991 en Madrid y sus cenizas fueron esparcidas en su Hernani natal.
Obras
Marea del silencio (1935)
La soledad cerrada (1947)
Movimientos elementales (1947)
Tranquilamente hablando (1947)
Las cosas como son (1949)
Las cartas boca arriba (1951)
Lo demás es silencio (1952)
Cantos Iberos (1955)
Campos semánticos (1971)
Itinerario poética (1973)
LA POESIA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades:
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quienes somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: Poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: Lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.
GABRIEL CELAYA ("Poesía urgente")