Escritor mexicano
Una de las principales figuras del modernismo hispanoamericano.
Obras: La amada inmóvil, Plenitud, Almas que pasan..
Género: Poesía, narrativa, ensayo...
Padres: Amado Nervo y Maldonado; Juana Ordaz y Núñez
Nombre: Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz
Cónyuge: Ana Cecilia Luisa Dailliez (m. 1901-1912)
Amado Nervo nació el 27 de agosto de 1870 en Tepic, Nayarit.
Familia
Descendiente de una familia española que se estableció en San Blas. Hijo de Amado Nervo y Juana Ordaz. Su padre falleció cuando él tenía nueve años.Otras dos muertes marcarían su vida: la de su amada Cecilia Luisa Dailliez, y el suicidio de su hermano Luis, también poeta.
Estudios
Su instrucción primaria la realizó en las escuelas de su ciudad natal. Más tarde ingresó en un Colegio de Padres Romanos, en Michoacán, que entonces gozaba de cierta fama. En este colegio, y después en el seminario de Zamora, realizó sus estudios preparatorios.Quiso seguir la carrera de abogado y estudió dos años, pero el quebrantamiento rápido de la herencia paterna le obligó a volver a Tepic, donde tuvo que ponerse al frente de lo poco que quedaba para ayudar a su familia, que era numerosa.
Escritor
Después, buscando un mejor destino, marchó a Mazatlán, donde escribió en el Correo de la Tarde sus primeros artículos. Más tarde, viajó a la Ciudad de México (1894) y ahí, con los esfuerzos y penalidades consiguientes, logró abrirse camino.En 1894, se mudó a Ciudad de México, donde empezó a ser conocido. Colaboró en la Revista Azul, de Manuel Gutiérrez Nájera. Se relacionó con escritores mexicanos como Luis G. Urbina y Tablada, y con algunos extranjeros como Rubén Darío y José Santos Chocano. Formó parte de la redacción de El Universal, El Nacional y El Mundo.
Diplomático
Ingresó en el cuerpo diplomático siendo embajador de su país en Madrid (España), y en Montevideo (Uruguay).Libros
Escribió cuentos, libros de viaje, ensayos y, sobre todo, poesías reunidas en el libro El éxodo y las flores del camino (1902). Su primera obra, la novela El bachiller (1895), muestra rasgos naturalistas.Poemas
En sus primeros libros de poemas, Perlas negras y Místicas (1898), ya aparecen características modernistas. Es en esta época cuando funda la Revista Moderna.En 1900, le mandaron a la Exposición Universal de París, donde conoció a Verlaine y Wilde.
La amada inmóvil
Durante 1901, conoció al amor de su vida, Ana Cecilia Luisa Dailliez, que fallecería el 7 de enero de 1912. Su obra maestra fue La amada inmóvil (1922), publicada póstumamente, inspirada en la muerte de Ana.Su religiosidad la manifestó en títulos como Los jardines interiores (1905), En voz baja (1909), Serenidad (1914), Elevación (1917) y Plenitud (1918).
Muerte
Amado Nervo falleció el 24 de mayo de 1919 en el Parque Hotel, en la ciudad de Montevideo, donde residía siendo jefe de la Misión Diplomática de México en Uruguay. Tenía cuarenta y ocho años.A su funeral celebrado en México el 19 de noviembre, asistieron unas 300.000 personas. Además, se celebraron funerales en países como España, Brasil, Venezuela y Uruguay.
"Si una espina me hiere, me aparto de la espina, pero no la aborrezco"
Amado Nervo
Sabías que...
Aprendió a leer con “La cocinera poblana”, un libro de recetas que utilizaba su madre.
Obras
El bachiller, novela (1895)
Perlas negras, poesía (1896)
Místicas, poesía (1898)
Poemas, (1901)
El éxodo y las flores del camino, poesía (1902)
Lira heroica, poesía (1902)
Los jardines interiores, poesía (1905)
Almas que pasan, (1906)
En voz baja, poesía (1909)
Ellos
Juana de Asbaje, biografía de Sor Juana Inés de la Cruz (1910)
Serenidad, poesía (1912)
Mis filosofías, ensayo (1912)
Elevación, poesía (1916)
El diablo desinteresado, novela (1916)
Plenitud, (1918)
El estanque de los lotos, poesía (1919)
El arquero divino, poesía (1919)
Los balcones, novela (1922)
La amada inmóvil, poesía, (1922)
¡OH CRISTO!
Amado Nervo
Ya no hay un dolor humano que no sea
mi dolor;
ya ningunos ojos lloran, ya ningún
alma se angustia sin que yo me
angustie y llore;
ya mi corazón es lámpara fiel de
todas las vigilias,
¡oh Cristo!
En vano busco en los hondos
escondrijos de mi ser
para encontrar algún odio: nadie
puede herirme ya sino de piedad y
amor. Todos son yo, yo soy todos,
¡oh Cristo!
¡Qué importan males o bienes! Para mí
todos son bienes.
El rosal no tiene espinas: para mí solo
da rosas.
¿Rosas de pasión? -¡Qué importa! Rosas
de celeste esencia, purpúreas como
sangre que vertiste por nosotros,
¡oh Cristo!